Confianza (cuento), de Victoria Fargas



Marina no podía apartar los ojos de aquello. La vidriera de la librería donde se había detenido mil veces con Pablo, a mirar y admirar nuevos títulos, acababa de convertirse en un abismo. ¿Estaría soñando?
No, estaba bien despierta. Y lo que veía era real.
Ahí, en exhibición, el nombre de él: Pablo Iturralde, en la tapa de un libro.
“El que avisa, no traiciona”, le decía el muy cerdo a todo el mundo, siempre. Y ella no se daba cuenta, ¡qué estúpida!
Dos años de noviazgo y, de un día para otro, si te he visto no me acuerdo. Justo cuando terminé mi novela, se dijo ella. Mi novela, Mentiras piadosas. La misma que él acababa de publicar: Mentiras piadosas, de Pablo Iturralde.
De golpe Marina entendió. Todo entendió.
—¡Hijo de puta! —gritó—. ¡Hijo de mil putas!
Recordó que aquel miserable, antes de plantarla, cuando todavía era su Pablito, no paraba de darle consejos. “No, Marina, no hace falta que registres todo enseguida, no tenés que pensar siempre que puede haber algún hijo de puta espiando.”

Publicado en Breves no tan Breves
Otras publicaciones de Victoria Fargas: "Una noche inolvidable con Arthur MIller", diario cultral Fin.

2 comentarios:

  1. ah no! con cabrones así para qué espías! excelente relato, fulll!!
    un abrazo

    ResponderEliminar
  2. ¡Gracias!
    Victoria es una gran escritora.
    Beso
    Claudia

    ResponderEliminar