Muchos textos funcionan muy bien después de una temporada de letargo (entrevista)

Lucas Lanteri me hizo una entrevista para la revista UFA

Escritora, antóloga, y redactora, Claudia Cortalezzi habló con Revista UFA sobre el proceso de escritura, el género de terror y su relación con las tecnologías 2.0. 


 1: ¿Quién es Claudia Cortalezzi?

Aunque mi nombre de nacimiento es Claudia Rodriguez, hace ya varios años que decidí usar mi apellido de casada. Seguro que nunca buscaste Claudia Rodriguez en google, te cuento que aparecen más de 20.000.000 de resultados.
Nací en Treqnue Lauquen, en 1965. A los diecisiete años me mudé a Buenos Aires. Viví en San Telmo, Martínez, Parque Patricios. Ahora vivo en Alejandro Petión —cerca de Cañuelas— con Martín, mi marido, y mis dos hijos: Christian y Agustín.
Escribo todo el tiempo, hasta cuando no escribo. Siempre hay una parte de mí que está trabajando. Es un trabajo fascinante: cada cuento, cada personaje, cada escenario es diferente. Sacar a la luz mundos fantásticos y modelarlos para que se alejen lo más posible de la realidad es una de mis herramientas para ser feliz.
Fuera de lo literario, tengo otra pasión: la cocina.
2: ¿Por qué elegiste el camino de la escritura? ¿Por cuántos lugares pasaste antes de encontrar el tuyo?
No elegí el camino de la escritura, se me apareció. Y lo hizo dos veces.
Tenía catorce años cuando un día me descubrí escribiendo una novela y otra y otra. Llamaba “novelas” a aquellos escritos, que lamentablemente perdí. Un par de años más tarde, sin darme cuenta, me alejé de la literatura.
Me mudé a Buenos Aires, donde trabajaba como vendedora en un negocio, mientras estudiaba Bioquímica.
Después armé mi familia, y me dediqué a acompañar el crecimiento de mis hijos.
Y a los veintinueve años, la pasión por las letras volvió. Me veo ahora, en el recuerdo, revolviendo estantes y cajones, escarbando hasta encontrar un anotador y una birome. Me veo en cada rincón de la casa, escribiendo. Dejando de hacer lo que fuere para retomar la narración de mi nueva primera historia, donde ya aparecían escenas de muerte y de sangre. Era ilegible, así que jamás la leyó nadie, pero la disfruté mucho.
Casi inmediatamante empecé un taller y luego otro. También cursé materias y seminarios en Filosofía y Letras. Y seguí escribiendo, siempre escribiendo.
3: ¿Quién es Marcelo Di Marco en tu vida?
Hacía más de un año que asistía a un taller de escritura donde, además, se analizaban lecturas. Pero un día leí en el diario que la Facultad de Letras ofrecía talleres para no-alumnos. Me llamó la atención uno de cuento fantástico. Ni lo pensé: me tiré de palomita. Ahí conocí a Marcelo di Marco y conocí también el oficio del escritor. De esto hace ya quince años, y sigo trabajando mis textos con él. 
4:¿Sufriste alguna angustia en el proceso de ser escritora?
No me angustio. Si tengo una historia a la que no le encuentro la vuelta, la guardo. Muchos textos funcionan muy bien después de una temparada de letargo. Otros, mueren en un cajón, o en un archivo olvidado.
En las épocas de sequía creativa leo mucho. Y siempre aparece algo nuevo.
5: ¿Qué te inspira? ¿Por qué el terror?
No tengo claro qué me inspira: una frase que leo o escucho. A veces alguien cuenta una anécdota o habla de una persona a la que no conozco y eso me dispara un cuento. Otras historias aparecen sin que me lo proponga. No importa de dónde venga la inspiración, escribo y después corrijo y corrijo y corrijo.
¿Por qué el terror? No lo sé, es lo que me sale. Disfruto mucho creando personajes oscuros, dejándolos que me lleven a conocer sus mundos.
6: ¿Cuál fue la primer novela o cuento que te hizo sentir como escritora y por el cual dijiste “Sí, esto es lo mío”?
Tengo un cuento de terror psicológico que, aunque jamás ganó nada —los textos de terror angustian a los jurados, y no ganan premios—, me trajo muchas satisfacciones. Se titula “Abrirse paso”, anda por alguna página Web. Ojalá pueda escribir otro como ese.
7: ¿Los premios ayudan al ego del escritor o son una presión?
Los premios son un estímulo, sobre todo en los primeros años de escritura.
8:  ¿Cuál fue el galardón que más te conmovió?
Siempre digo que los premios y las publicaciones —digitales, en antologías y hasta los libros propios— son escalones, que hay que subir de a uno para no caerse. Los hay muy altos y muy bajos. Es lindo, de vez en cuando, mirar hacia atrás y ver que se va avanzando.
Vos me preguntás si algún premio me conmovió. Sí, hubo uno que me pareció especial. Te voy a contar desde el principio: mi psicoanalista desde hacía muchos años, Jorge Menéndez, que también era escritor, había fallecido hacía unos meses. Él siempre me había alentado en el camino de las letras, y tenía algunos cuentos míos preferidos, por llamarlo de alguna forma. Uno era “Una obra muda”, que contiene una obra de teatro subrealista.
Yo había enviado un libro de cuentos —entre los que figuraba “Una obra muda”— al concurso “Victoria Ocampo”. Después me olvidé. Recuerdo que, volvía con mi familia de pasar las fiestas con unos amigos, y encontré un mensaje en contestador: en el concurso Victoria Ocampo habían seleccionado uno de mis cuentos para una antología. El cuento era “Una obra muda”.
9: Cuál fue la mejor y la peor crítica que recibiste
La mejor crítica fue que un escritor argentino, al que admiro y respeto —él siempre dice que si un libro no le gusta, no importa de quién sea, no lo termina—, se tomó el tiempo para leer y terminar mi novela Una simple palabra.
La peor crítica es la del que no critica. Porque si alguien me dice “lo que escribiste es horrible” me sirve para aprender y modificarlo. No lo veo como una mala crítica.
10: Si pudieras recomendar alguna lectura para que te conozcan más, ¿qué recomendarías?
El cuento del que hablaba antes, “Abrirse paso”.
11: ¿Cuál es tu centro de inspiración?
El silencio.
12: ¿Estás escribiendo algo nuevo?
 Reescribo una novela infanto-juvenil de ciencia ficción. Una historia que anda dando vueltas desde hace mil años y, por fin, se deja escribir. Y preparo unos cuentos para varias antologías, a las que fui invitada.
Además, estoy colaborando con biografías para la sección Vidas breves del suplemento Cultura del diario Perfil.
13: La escritora y las redes sociales… Vimos que te manejas mucho en facebook y por blogs
Para mí, el trabajo de escritor es principalmente escribir y leer, pero también relacionarse.
En el año 2005, Marcelo di Marco me propuso co-fundar de La Abadía de Carfax, círculo de escritores de horror y fantasía.  Fue una sorpresa y un honor. Carfax me abrió muchas puertas en distintos ambientes literarios. En mayo de 2012, salió el tercer libro de La Abadía, del que fui antóloga.
Actualmente también formo parte de Heliconia, un grupo de difusión literaria dirigido por Sergio Gaut vel Hartman.
Y tengo otros proyectos. Uno es la publicación del libro Cinco mujeres y otra cosa, que ya está próximo a editarse. Cinco mujeres y otra cosa es una iniciativa que pusimos en marcha cinco amigas escritoras —Alejandra D’Atri, Gladis López Riquert, Paula Jansen, Victoria Fargas y yo—. El libro contiene tres cuentos de cada una, más el cuento “Otra cosa”, que escribimos entre todas.
Las redes sociales y los blogs son una herramienta más para difundir mi trabajo.
14: ¿Es fácil enseñar a escribir? Que fibras hay que tocar? Alguna vez le dijiste a alguien que mejor se dedique a otra cosa?
Hacerlo bien, como todo, no es fácil. Pero es muy gratificante acompañar en el crecimiento de los textos. Ver, por ejemplo, cómo una anécdota termina convertida en un cuento, cómo los talleristas van incorporando diferentes discursos narrativos, y eligen mostrar antes que contar.
Una de mis grandes satisfacciones, fue trabajar con Dolores Pereira Duarte, su novela La guarida de la nena mala.
Otro de los libros que salieron del taller, y está próximo a publicarse, es el de cuentos de Oscar Piolini.
15:  ¿Seguís esperando editor para tu cuento infantil?
Los cuentos están listos. Ya les llegará el momento de convertirse en libro.

 




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