Más sobre "Una simple palabra" 4

  Entrevista realizada por los chicos de 6º a la autora del libro Una simple palabra

para Subterráneo, más que un blog

 
1) ¿Por qué escribís?
Escribir es una necesidad, nunca me lo planteé como deber ni obligación. Escribo cuando me sale y lo que me sale. Es muy raro que me imponga un tema antes de escribir, normalmente aparece “un no sé qué” —una imagen, una palabra, una frase oída o leída, una situación propia o ajena— que me dispara el mecanismo de la creación. Es una actividad que me gratifica enormemente, todo el trabajo es un placer, tanto escribir como corregir. Jamás me apuro a terminar un texto. Una vez planteado el borrador, le concedo un tiempo de descanso. Después, lo abordo en frío —cuando ya puedo ser crítica y objetiva— y le dedico todas las correcciones que sean necesarias. Podría decir que algunas veces, cuando hay que tomar decisiones importantes —si un personaje vive o muere, cómo plantear la personalidad de cada uno— el escritor es el dueño del mundo, de ese mundo, al menos. 

2) ¿Dentro de qué género ubicás Una simple palabra? ¿Te basás en alguna teoría o definición para hacerlo?
No sé si Una simple palabra puede clasificarse dentro de un género determinado. Normalmente, cuando me preguntan, la ubico dentro del fantástico. Pero podría considerarse como de ciencia ficción y hasta de terror psicológico. Digo fantástico porque hay un entrecruzamiento de lo normal con lo extraño, que lleva al lector a preguntarse si eso que está ocurriendo en el texto podría ser real. Con respecto a la ciencia ficción: podríamos tomarla así, si imagináramos que el escenario donde se desarrolla la historia es un mundo futurista, donde existe realmente la posibilidad de extender la vida a partir del conocimiento del día en que moriremos. Más allá de cuáles sean las consecuencias a las que deban atenerse los personajes. Y digo terror psicológico, teniendo en cuenta que tal vez haya conseguido que el lector se identifique en algún aspecto con uno de los personajes. Y ese personaje tal vez le haya transmitido su angustia, involucrando sus propias emociones. 

3) Hay muchas situaciones que parecen no tener explicación, que dejan al lector con la incertidumbre de sus causas. ¿Es un efecto buscado?
Dentro de lo que se llama género fantástico, es común encontrar situaciones anormales que irrumpen en lo cotidiano y no tienen explicación lógica. Y los personajes transitan esas realidades sin asombrarse, y toman lo que se les propone —lo que sea— sin cuestionarlo. Algo por el estilo pasa en Una simple palabra: en el momento de la firma de los contratos en Pasaje de las Garantías, los tres personajes centrales —Mara, Arnoldo y Sabino— se dejan conducir como si no pudieran controlar la situación. Sin embargo, cada uno de ellos es libre, en teoría, de dar media vuelta y volverse a su casa. Si no lo hacen, es porque existe un magnetismo invisible —nacido de sus vidas cotidianas— que los lleva a hipnotizarse con lo diferente, con la posibilidad de un destino ¿mejor? Trasmitir incertidumbre al lector es algo buscado, en función de acompañar a los personajes en la incertidumbre por la que circulan a lo largo de la historia. 

4) ¿Te inspiraste en personas reales para construir tus personajes?
Toda obra literaria, por más “rara” o “común” que sea, tiene algo de autobiográfico. Bueno, tanto en Mara, como en Arnoldo, Sabino y hasta en el mismísimo hombrecito podría encontrar algún rasgo que me identificase, si me pusiera a analizarlos en profundidad. Pero, fuera de ellos, hay un personaje extraído de la realidad: Dora, la suegra de Mara. Dora está inspirada en los dichos de una amiga. Ella, en la época en que yo escribía esta novela, comentaba constantemente lo que le decía su madre; repetía textualmente las frases, y describía casi teatralmente las reacciones evasivas de su mamá: lo que inventaba (o no) para no cuidar a su nieto (el hijo de mi amiga). Una tarde, mientras escuchaba una de aquellas historias familiares, me pareció ver a esa mujer, a la que no conocía, como Dora. Entonces le pedí permiso a mi amiga para “usar” a su madre como personaje —no a su madre, sino a la idea que yo me había formado de ella a través de lo oído—. Por supuesto, mi amiga sonrió y dijo que sí. Pero yo creo que esa mujer no podría reconocerse en Dora, porque Dora es sólo mi idea de ella. 

5) ¿“La fortaleza” puede ser comparada con algún lugar de la realidad?
La Fortaleza no existe en la realidad, es puro invento. Les cuento: yo tenía a Mara, Arnoldo y Sabino, y sus respectivas historias. Historias que, si bien tenían puntos en común, no se unían. Pasé un par de semanas dándole vueltas al asunto, llevaba el asunto de cómo los juntaría a todas partes, todo el tiempo. No podía ni quería despegar la idea en mi cabeza. Hasta que una mañana desperté con el problema casi resuelto: había soñado con el hombrecito, la Fortaleza y el gigante de los espejos. Más o menos lo que terminó siendo el capítulo 6.

6) ¿Quisiste dejar alguna moraleja?
No lo pensé. No creo que tenga moraleja, pero si a alguien le sirve para replantearse algo, bienvenido sea.

7) La extensión de la novela, ¿se debe a alguna restricción de la editorial o era así originalmente?
En el borrador era un poco más larga, sí. Y, debido a las exigencias editoriales, eliminé un par de capítulos de Mara. Pero, agradezco la poda porque el personaje de Mara cobraba más importancia que los otro dos, y esa nunca fue mi idea. Lo que yo quería era que los tres tuvieran el mismo peso dentro de la historia. Espero haberlo logrado. 

8) ¿Cuánto tiempo tardaste en escribirla?
Unos tres años, creo. Aunque, en el medio, escribí y corregí varios cuentos. Una simple palabra nació con los apuntes de lo que después terminaría siendo el primer capítulo de la 2° parte, donde Mara lee el anuncio en el diario. Después surgieron Arnoldo y Sabino, en el orden que aparecen, en sus respectivas escenas de pedir sus turnos por teléfono. Seguí con los capítulos de la 3° parte: el encierro y el descubrimiento de la palabra. Y, finalmente, los capítulos de los chicos. Por esa época me visitó el hombrecito, que luego intercalé a lo largo de la novela.

9) ¿Habrá una segunda parte?
Ya otras personas me hicieron esta pregunta. Y mi respuesta es que yo creo que el tema ya está cerrado. Me parece que, en una segunda parte, la historia perdería fuerza.

10) ¿Qué opinión tenés del libro? ¿Estás conforme con el resultado?
Bueno, soy muy autocrítica. Deber ser por eso que no volví a leerlo completo. Porque cada vez que lo abro —en cualquier página— veo alguna cosa que se podría mejorar. Pero, sí estoy conforme con el resultado. Me ha brindado muchas satisfacciones.

 

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